Cuando cuelgan las dianas (13)
Día 13
Los dedos del gobernador jugaron con el extremo de su mostacho mientras sus invitados tomaban asiento en el despacho. Su calva le llegaba a la coronilla y los recibió con una ligera sonrisa que le daba[…]
Relatos, pensamientos y desvaríos.
Día 13
Los dedos del gobernador jugaron con el extremo de su mostacho mientras sus invitados tomaban asiento en el despacho. Su calva le llegaba a la coronilla y los recibió con una ligera sonrisa que le daba[…]
Mansión Mantiava
Frente a la mansión, Jalrad jugaba con la espada que le habían prestado. La mayoría de baldosas del suelo estaban rotas, habían perdido su color rojizo y sus dibujos en rombos estaban deslucidos. Entre[…]
Día 11
La luz de la vela fue iluminando el interior de la habitación a medida que la puerta se abría. Vieron a Régulo durmiendo sobre la cama, medio cubierto en un saco de dormir. La cuenca de su ojo izquierdo[…]
Día 10
En Villaconde, las aguas siguieron el curso que habían tomado con los últimos acontecimientos. Unia se recuperaba en su habitación y el resto de forasteros se mantenía ocupado. Régulo, el médico, no[…]
De niño me juntaba con amigos debajo de casa y lanzábamos aviones de papel al aire para que compitieran a capricho del viento. Cada ráfaga era una oportunidad para aumentar su tiempo[…]
Día 9
El pasillo estaba repleto de polvo en suspensión. Resaltaba a la poca luz que se colaba por los grandes ventanales sucios. Ocultaba los acabados de los muebles, los trazos de los cuadros y se había instalado[…]
Día 8
Naton estaba a oscuras. Sentado en el suelo de tierra de su casa. Tenía la espalda contra la pared, los codos sobre sus rodillas y las manos apoyadas en la empuñadura de su daga negra, que estaba clavada[…]
Día 7
En las primeras horas de la tarde, el sol se ocultó tras densas nubes y pareció anochecer. Naton aferró su daga con fuerza para controlar el miedo. Tenía la espalda contra la piedra de la montaña y vigilaba[…]
Día 6
Naton revolvió el fondo de su arcón esperando encontrar alguna moneda enredada entre las ropas. O arrinconada en una esquina. Había encendido una vela para poder ver, pues las ventanas[…]
Día 5
Naton quería saber cuándo sería la próxima incursión de los forasteros. Se quedó vigilando la posada tras el relato de Unia y ninguno de ellos la abandonó durante el resto del día.[…]