Cuando cuelgan las dianas (4)
Día 4
Naton se despertó. Un ruido junto a su pared le puso en alerta. Era como si algo raspara el exterior de la piedra. Cada vez más arriba, trepando a su casa. A oscuras, se apretó contra el lecho[…]
Relatos, pensamientos y desvaríos.
Día 4
Naton se despertó. Un ruido junto a su pared le puso en alerta. Era como si algo raspara el exterior de la piedra. Cada vez más arriba, trepando a su casa. A oscuras, se apretó contra el lecho[…]
Día 3
Naton despertó pronto y se apresuró hacia la posada tras deshacerse de una nueva pesadilla. Necesitaba estar preparado para cuando los forasteros iniciaran la incursión a Trespicos. Si no lo lograban, al menos[…]
Día 2
Naton apretaba la espalda contra la pared de piedra sin notar ninguna de sus protuberancias. Estaba acorralado. Su mente solo pensaba en fundirse con ella. En lograr traspasarla.[…]
Día 1
En Villaconde todas las puertas habían sido cerradas y atrancadas. Los habitantes conocían los peligros que acechaban la noche. Solo un joven seguía en las calles. Y no por valiente.[…]
Hacía tiempo que habían dejado de considerarse homo sapiens sapiens. En su historia habían tenido otras denominaciones que también habían dejado atrás.[…]
El niño y sus hermanos descubrieron pronto a dónde iban. Al confín del mundo. De su mundo. Para él era como si sus padres conocieran un pasaje secreto para abandonar la ciudad. Avanzaban entre edificios, tomaban un camino de tierra tras un muro derruido y en un despiste habían perdido […]
— La cornada de un toro en Sanfermines.— la chica deslizó el dedo por el costado del joven y serpenteó hasta llegar a la cicatriz de su barriga.— Me peleé contra tres en la puerta de una discoteca.—
— ¿Pero qué te hicieron?— intentaba descifrar la antigua herida. […]
Caí en la sutil trampa de un soneto.
Atrapado en sus normas de hilo viejo.
«Da la vuelta» me dijo, «lo aconsejo».
«Duelo a muerte» grité, «acepta el reto».
[…]
La vida también da dosis
de mierda en el paladar.
Con suerte solo una pizca,
sin duda vas a tragar.
[…]
Al mirar el cielo quedó deslumbrado y cerró los ojos. La cálida caricia del sol sobre su piel lo retuvo inmóvil hasta que las olas que asediaban sus murallas le salpicaron con toque gélido. Reculó un par de saltitos para huir de las gotas. Amenazó al mar haciendo bailar su arma en sus manos y […]