La otra orilla del universo

Hacía tiempo que habían dejado de considerarse homo sapiens sapiens. En su historia habían tenido otras denominaciones que también habían dejado atrás. Nombres olvidados en museos acompañados de sus réplicas, donde un espécimen como nosotros sería muy cotizado. Incluso se libraron del prefijo homo. Perdieron la Tierra que ninguno conoció y poblaron las galaxias. Se habían pasado la escala de Kardashev que clasifica el potencial tecnológico de las civilizaciones. Se encuentran en el nivel cuatro, que fue añadido posteriormente y se otorga a las que pueden aprovechar la energía de la totalidad del universo visible. Un poder inmenso que solo podemos imaginar pensando en magia. Y es que para poder usar toda esa energía hay que ser capaz de alcanzarla, de contenerla, de manipularla… Infinita energía esparcida en un espacio infinito. Un logro que permite retar dioses.

Sus avances fueron construidos sobre preguntas resueltas. Han encontrado la explicación de cómo funciona todo. El núcleo de los planetas, la expansión del universo, el cerebro, cada partícula… Las excepciones sin solución se agrupaban alrededor de una pregunta que les limitaba: ¿Qué hay fuera? Habitar el infinito nunca fue una respuesta concluyente, menos tras descubrir sus misterios. Sabían que encontrar infinitos era sencillo. Que nos rodean. Cada centímetro dividido en partes cada vez más pequeñas, y más pequeñas y más pequeñas… Un infinito infinitamente pequeño. En el que podrías volver a buscar infinitos… infinitos.

Piensa en magia.

Las esperanzas de descubrir algo a partir del origen del universo fueron disolviéndose en el tiempo que los separa. Cada vez sabían más y les era más lejano. Los resultados nunca acababan de confirmar ninguna de las teorías, quedando en puntos intermedios que dejaban margen de duda para varias. Toparon de nuevo con el limite que no les dejaba continuar. Necesitaban conocer qué había fuera.

En sus empeños forjaron alianzas de envergaduras impensables que compiten con otras nunca esperadas. Bandos que reúnen a rivales en la persecución de un descubrimiento que podría alterar los equilibrios del universo. Hicieron despegar multitud de naves desde todas las galaxias y surcan el universo en distintas direcciones, todas hacia el infinito. Donde encontraran más infinito. No tiene sentido. Debe haber algo en sus muchas teorías, trucos de mago en código cifrado, apelotonadas cuentas sin números, prototipos a trazos… En una pretenden surcar el infinito a tanta velocidad que podrán ser ellos quienes le den forma antes de que la tome. ¿Cómo van a poder hacer eso? Cuando llegas ya debe existir, o no podrás llegar.

¿Qué? No lo entiendo. Lo han logrado. En un punto aún no descrito han fabricado su prototipo. Una especie de tocadiscos de tamaño planetario suspendido sobre una doble estrella y sus planetas. Han dejado otros a medio hacer. Quizás como señuelo o porque se habían quedado sin tiempo. Han tenido que correr más que el infinito, más que su creación, más que su creador. La única forma de poder esconderse en su conspiración. Y está encendido. Fue necesario apagar un instante el universo, un punto y aparte, para lograr la energía requerida para arrancar el prodigio tecnológico que ha hecho que me descubran. Ahora me ven.

Ya no puedo afectar a su mundo. Si digo que esa máquina ha fallado no es verdad. He perdido el control. Esa máquina ha fallado. ¡Esa máquina ha fallado! Un cortocircuito, un roedor, o en lo que hayan evolucionado, mordiendo el cable de alimentación. Un insecto gigante atravesado en el ventilador. Un fallo humano, homo no, como se quieran llamar, cyber, un fallo cyber, un error en la programación, un virus o que se ha ido la luz… ¿Un creyente salvando a su Dios?

No es verdad.

He intentado borrar el archivo, el universo apenas boceteado. De alguna forma lo han impedido. Estoy capturado en el teclado. Lo único que puedo hacer es relatar lo que sucede. No sé para qué. No sé para quién. Estoy a solas con ellos. Cuando alguien pueda leerlo será tarde. No conozco sus intenciones pero si…

¡Están aquí! ¡Están apareciendo por la pantalla!

Y tienen preguntas…

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