Hay voces esperanzadas
con el poder de la ciencia.
Repiten estar salvadas,
como si su fe sumara.
Han oído antes las quejas
y anuncios del fin del mundo...
— Son solo cuentos de viejas
no cambiaremos el rumbo. —
Seguimos multiplicando
la especie por el planeta.
La ciencia sigue sumando
más cabezas a sus metas.
Ignoran que son las mismas
que anuncian malas noticias.
Se niegan a comprender
lo que se puede perder.
¿Cómo han de combatir
los peligros que acaecen?
No se invierte lo debido.
No creemos lo que advierten…
¿A qué coste se alzará
la factura de la ruina?
Ya sabemos quién la paga,
con sus vidas, más propina.
Vistamos a la heroína,
escuchemos sus palabras.
Si queremos que nos salve
tendremos que darle balas.