Añoran eras pasadas
gloria por sangre
honor por deber
Sostenían la confianza en la balanza,
que distingue a honrado de canalla.
¡O
no!
¡Los listillos!
esgrimen coartada.
Ríen y cuchichean:
— No han entendido nada. —
Miradas a hombros
con ideas de todos
creyendo ser de oro.
Sin querer alzar su pensamiento a viva voz,
lobos y bobos,
por si se acaba el chollo.
Se heredaron los socavones ocultos
a fe.
Pues siempre importó más competir en dogma
contabilizando actos
vacíos
que andar el camino
sin falta de cuento.
La rectitud…
burlada con atajos y desvíos que llegan primero.
Ilusión rota en pedazos de nostalgia
rescatada por peregrinos,
para hacer mención al árbol caído.
Transitada por quienes se conceden el lujo
de hacer lo correcto.
A perdidas.
Pocos,
como siempre.
No hay huevos.